"EL EMIGRANTE" Parte II

 

- Algunos solos... como aventureros,
- otros con una pequeña parte de la familia,
- un porciento de ellos con sus certificados escolares o los títulos de estudios universitarios bajo el brazo;
… pero todos con la mente y el alma llenas de sueños por un futuro mejor para sí y para los suyos. 

Así salen de su país natal millones de hombres, mujeres, niños, jóvenes, menos jóvenes y hasta ancianos;… muchos de ellos buenos profesionales, ingenieros, técnicos, doctores, deportistas.

De estos, existen muchos que aun hoy continúan con los títulos enrollados y guardados; mientras que,... los que han tenido suerte,... han podido encontrar ofertas laborales en diversos sectores, como: agricultura, construcción, conduciendo vehículos, en fábricas, sirviendo copas detrás de una barra, en cocinas, en labores domésticas y de limpieza, como cuidadores de adultos mayores o personas de salud limitada, de menores, de mascotas,  etc.

Aquí comienzan los sueños y la realidad encontrada a influir, mellar y hasta endurecer el alma y el sentimiento del emigrante,... el salario que se obtiene luego de una larga y esforzada jornada laboral apenas alcanza para pagar la renta del piso, la electricidad, el agua, la alimentación, las necesidades esenciales de vestuario e higiene, unido a la necesaria línea de móvil o teléfono y en muchos casos el también necesario coche.

A su vez, llegan los taxes, o los IVA, los impuestos de coches, el costo de tantos trámites, documentos o estudios que realicen.

Por otra parte, en gran cantidad de personas se agrega el dinero que envía para ayudar a la familia que dejó en su país; ese casi nunca falta ya sea mensual, trimestral, o siempre que se pueda.   Y en no menos casos se unen también las recargas de móviles a familiares y amigos, el envío de medicamentos, ropa y todo cuanto pudieran necesitar. 

Atrás quedó su raíz, su pilar,... la familia, la infancia, sus amigos;

Y cuando llega alguna fecha de festividad, navidad y fin de año, el emigrante celebra, ríe, pero en su interior su risa se torna amarga, pensando en las arrugas en la piel de los padres, o en las flores que no pueden ponerles sobre el panteón, en las caras de hermanos y seres queridos, los recuerdos y añoranzas de sus amigos.

Ahí aumentan las preocupaciones, los desvelos, la gran batalla del emigrante,... llega el momento en que mentalmente ya no es de ningún sitio aunque haya adquirido la nueva nacionalidad.    Mueren sus seres queridos y muchos no pueden viajar para dar el último adiós, no pueden participar en casi ningún cumpleaños y algunos solo tienen que conformarse con escuchar a través del teléfono … "cumpleaños feliz".

Por lo general, las llamadas que recibe el emigrante desde su país, se convierten en quejas, … no hay, no hay, no hay,... esto está malísimo,...    Y por su parte solo se escucha en tono de pregunta,      … ¿Qué les hace falta?   … ¿Qué necesitan?;  y en su interior se calla su dolor, sus frustraciones, sus sentimientos, sus padecimientos y enfermedades; y ahí, como firme bastión de toda la familia se traga sus lágrimas y siempre trata de mostrar la mejor sonrisa, la alegría y la felicidad de poder hablar con ellos y ayudarles a sobrevivir.  

Se hace responsable de los problemas dejados atrás y también de los propios que enfrenta donde está.

Por tales razones cabe señalar, para todos los emigrantes,... que han sido valientes aventureros por alcanzar un futuro mejor,... que han sido estoicos en aguantar los golpes, soportar un frío que les cala los huesos, ser objeto muchas veces de racismo, xenofobia, maltratos, bullyng e incomprensión, aprender a convivir y relacionarse en otro idioma ajeno al natal, …para todos,     

             ……. un fuerte aplauso, un cálido abrazo y bendiciones...….